29.5.15

La casa del cine


Se encuentra en el centro histórico de la Ciudad de México desde el año 2010, pero hasta el mes de enero del 2015 tuve el placer de conocer éste peculiar rincón en la calle de República de Uruguay, en el que, efectivamente, te da la bienvenida como si fuera una casa.


7.5.15

El Ateneo Grand Splendid

Desde que supe de su existencia, me prometí visitarla en alguna parte de mi vida. Debo confesar que no pensé que tardaría más de 10 años para esto, pero creo que fue en el mejor momento. Mis 27 años estaban por terminar y un check a mi lista de deseos estaba sucediendo. Estaba visitando una de las librerías más bellas de todo el mundo: El Ateneo Grand Splendid en la ciudad de Buenos Aires.


6.5.15

Punto medio



¿Qué tan blancos y qué tan negros podemos ser? ¿Cuántos equilibrios hay? ¿Podemos bailar entre todos? ¿Podemos escoger un lado ficticio? ¿Queremos el punto medio? ¿Cuántas preguntas tienes en el bolsillo izquierdo? ¿Cuántas certezas guardas en el corazón, junto a mis piernas?


21.4.15

El caos



El caos de mi nueva vida ya vivida comenzó con una falsa estabilidad, con una decisión precipitada –verdadera, certera– y adioses que esperaban en una banca. El caos siguió su camino al sur, con todas las pesadillas, con todas las libertades. No se detuvo ni con los libros que la balanceaban, no se detuvo frente a los muros. Mi caos bailó como jamás había bailado, se movía con ritmo. El caos de mi nueva vida ya vivida terminó con un caótico cuarto de luz, en plural y con la bandera blanca, implorando paz.

25.2.15

Gracias Buenos Aires

Gracias Buenos Aires. Me he repetido la frase durante semanas, porque he escrito durante 3 meses lo que me dejó y no he podido concretar ni puntualizar más, no alcanzan mis palabras, ni las letras, ni las sensaciones de todo lo que significó viajar a ésta ciudad, de cómo hizo que cambiara mi vida y la forma tan extraña de darle la bienvenida a lo que hoy mismo estoy viviendo. Nunca había estado tan marcado en mi vida la parte de "cerrar círculos", de ponerle palomita a algo que habías dejado pendiente. Y es que puedo decir que las pocas personas que recuerdan la historia se han sorprendido bastante con mi decisión de viajar de la nada y con el caos de mi vida a flor de piel. Quienes no conocen la historia, tendría que contarles 10 años de "algún día", 10 años de "estará acá", 10 años de una soledad compartida a través de la pantalla. Tal vez esa historia venda más que lo que estoy escribiendo ahora, pero no importa, la he vivido y eso basta.


18.12.14

Al sur

Todo comenzó al dejar mi maleta en el mostrador, ahí creí que era cierto que me iba, pero faltaban muchas horas para mi destino y yo sólo pensaba que aún algo podía pasar y no llegaría. Tal vez ahora suena bastante ridículo, pero eso sentía todo el tiempo. Que simplemente no iba a suceder.



Me dio tiempo de comer un poco y de poder despedirme. Isa me llevó un libro, una historia sin fin que no abrí en todo el camino. Sucede que no sentía que tenía que abrirlo, que no era su momento.

Iba hecha un caos, llevaba una bolsa con un montón de suéteres, cámaras y cargadores, audífonos enormes y una revista con Mafalda en la portada. Pasé hacia la sala de espera y encendí mi celular. Ahí estaba yo, sola, como la primera vez que viaje en avión hace algunos años. Mientras estaba en la fila para abordar, mi mamá estaba al teléfono. Me daba indicaciones como toda madre preocupada cuando su hija se escapa a otro país, pero también me dijo que no necesitaba de todas esas palabras, porque siempre he sido fuerte y hábil. Me dio la fuerza necesaria para no quebrarme y salir corriendo, para no escribirle y decirle que me detuviera, que no era verdad, que no quería. Al colgar supe que tenía que hacer un pacto conmigo y con mis sentimientos. Así es, estamos solos, dile que si a la aventura. Y volé.