2.10.07

Quiero un novio...


Mi listita es la siguiente.

Quiero un novio sin futuro y con el pasado allá, en el pasado. Quiero un novio seguro, que esté orgulloso de él, que no le de pena hablar de lo que ha hecho, sin pelos en la lengua como dicen, sincerote sincerote. Quiero un novio que me escuche, porque yo hablo mucho, de todo y de nada. Que sea sano y que no le de miedo empaparse bajo la lluvia, ni recostarse en el pasto, ni reírse a carcajadas, ni saltar, porque yo hago mucho eso, y no quiero que piense que soy una “niña”, sino que disfrute conmigo todo. Quiero un novio que sea posero (que pose para mi cámara y sea paciente) que no se le haga raro que le tome fotos a una piedra jaja. Quiero un novio que limpie mis lágrimas y me abrace al dormir. Que me vea bella por la mañana cuando despertamos, y que no le importe cómo me vista. Quiero un novio que no se de cuenta que me pinté la boca para él, porque así después le reclamaría y me reiría y se reiría mucho. 

Quiero un novio que me deje libre todo el tiempo, que sepa que hay días en los que no quiero hacer el amor y que hay días en los que no quiero salir de la recamara. Quiero un novio dispuesto a aprender, que haga tonterías y aprenda. Que se respete, se sea fiel y se ame. Quiero un novio cursi, que me sorprenda con mensajitos en lugares insospechados, que esté loco de amor y pasión. Quiero un novio que me vea como su novia, como mujer, como amiga, todo al mismo tiempo. Quiero un novio con el valor suficiente para decirme “me gusta esa chica/mujer”. Quiero un novio con hambre de Vida, no con antojitos miserables y fáciles.  Quiero un novio que vea que todo es posible, que sueñe. Quiero un novio que crea en él. Quiero un novio amable, pero no coqueto. Quiero un novio que juegue conmigo en la pc y se divierta viendo como grito y como me rio de “matar gentecita”. Quiero un novio que vea las fotos de mi ombligo y se sienta orgulloso, porque él tiene ese ombligo y a mi me gusta presumirlo. 

Quiero un novio que crea en nosotros. Quiero un novio que sea auténtico, que cante, baile y se divierta sin pensar en los demás. Quiero un novio que entienda que escuchar una canción triste o alegre depende de mi estado de ánimo, y que los estados de ánimo cambian. Quiero un novio que me vea rarísimo cuando hago un chiste y que deje que le bese la panza. Quiero un novio vivo, feliz y  completo. Una persona así no tiene que estar demostrando lo que es, porque sólo es y eso basta. Hay personas que respiran y están muertas. Quiero un novio que salga conmigo a caminar, de día y de noche. Quiero un novio que me hipnotice,  que sepa que pensar y sentir no es signo de inseguridad. Quiero un novio que le guste verme escribir y que le encante leerme en el parque o en la cama.

Quiero un novio así, tan sensible y apasionado como yo. No importa lo que pida, yo puedo dar todo.

No es una lista de “guapo, rubio y que me quiera”, bah! es algo más personal y le faltan muchas cosas que sólo el tiempo me dirá. Porque yo también he aprendido, si bien, me rompieron el corazón en mil pedacitos, lo estoy volviendo a armar de momentos, gotas y arcoiris que se ven después de la tormenta. Porque a parte soy bien fuerte, bella e inteligente, [si, yo me estoy echando porras] y me aviento una y otra vez sin paracaídas,  si a los demás les da miedo no me importa, a mi no, de eso se trata ¿no? Soy una mujercita de metro y medio bien valiente.


Un 2 de octubre del 2007 yo quería ésto. Lo re-publiqué de mi antiguo blog porque se que a muchas personas les gustó.

7.5.07

Spencer Tunick en el zócalo... ¡Lo hice!

A las 3:00 a.m sonó el despertador, "15 minutos más" pensé—, pero ya no pude dormir. Escuchaba patrullas, había mucho movimiento en la calle. 3:50 a.m y estábamos listos, dudaba en llevar mi cámara, no tenía ni idea en cómo se organizarían, y ¿qué tal si me la roban?, así que con todas mis ganas, la dejé en la cama.

Salimos tomados de la mano, dos policías ya estaban afuera del hotel, "tienen que dar vuelta más allá, aquí no hay paso". Caminamos dos calles más, nos encontramos a varias personas, una decena tal vez. Llegamos a la calle 20 de noviembre, parecía de día porque habían muchísimos automóviles, taxis que iban y venían; dos chicos descalzos frente a nosotros; una pareja de señores en pijama, todos se veían ansiosos, nerviosos.

La calle 16 de Septiembre, totalmente llena. Cientos de personas, tres o cuatro filas que no sabíamos a dónde iban, nos formamos 10 minutos más o menos, avanzaba. Vuelta en calle Madero y desaparece la fila, hay una multitud de personas queriendo entrar, "Hagan una fila" decía una chica por el altavoz, no nos podíamos ni mover, avanzamos una calle, la entrada estaba a unos pasos. Contra la pared, "No empujen, fórmense" decía una chica pensando que su fila era la única, con empujones entramos. El staff a penas y revisaba tu forma (la hoja de registro), verificaban la firma y gritaban "caminen rápido".

Cuando entramos a la plancha del zócalo no sé cuantas personas ya estaban esperando, unos cientos, miles tal vez. Las 5:08 a.m, sentados frente al Hotel Majestic. Aquí, aquí. —le dije a Carlos— Estamos justo en medio, frente al balcón.